Iván Castelló alcanza la cima de Monte Real.
Iván Castelló logró un espectacular triunfo en el torneo Jordytour de Monte Real, pero más allá de superar a sus adversarios, Iván se superó a sí mismo, que es lo verdaderamente importante, consiguiendo la satisfacción de haberlo logrado. Y es que la cima no se llega superando a los demás, sino superándose a uno mismo.
Es tremendamente cierto aquello que dicen que están los que usan siempre la misma ropa. Están los que llevan amuletos. Los que hacen promesas. Los que imploran mirando al cielo. Los que creen en supersticiones.
Y luego están personas como Iván Castelló, los que siguen corriendo cuando les tiemblan las piernas. Los que siguen jugando cuando se acaba el aire. Los que siguen luchando cuando todo parece perdido, como si cada vez fuera la última vez. Convencidos de que la vida misma es un desafío. Sufren, pero no se quejan.
Porque saben que el dolor pasa. El sudor se seca. El cansancio termina. Pero hay algo que nunca desaparecerá: la satisfacción de haberlo logrado.
En sus cuerpos hay la misma cantidad de músculos. En sus venas corre la misma sangre. Lo que hace diferentes a personas como Iván Castelló es su espíritu. La determinación de alcanzar la cima. Una cima a la que no se llega superando a los demás sino superándose a uno mismo.
¡ENHORABUENA, IVANISEVIC! ¡HASTA LA VICTORIA SIEMPRE!
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Carles Borja, subcampeón, e Iván Castelló, campeón.
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Los finalistas con Jorge Camps, director del torneo.
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Los héroes del torneo con Jesús Quirós, juez-árbitro de la competición.
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Con este nuevo título, Iván Castelló conseguía su 20º entorchado oficial en el mundo del tenis. Aquí le vemos celebrando la gesta con su coach, David Castelló.
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Con los hermanos Tortajada, que estuvieron apoyándole en la gran final.
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Un nuevo mordisco al éxito.
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Disfrutando de la victoria junto a Michelle Plumed y su madre, la gran Yoly Villar.
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Con su padre, auténtico baluarte emocional del gladiador juegatenista.
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Carlos Castelló, Yoly Villar, Michelle Plumed, los hermanos Tortajada, David Castelló e Iván Castelló, muy felices tras una gran mañana tenística.
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La cima no se alcanza superando a los demás sino superándose a uno mismo.
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