38) Duelo en la alta sierra.
DUELO EN LA ALTA SIERRA
(RIDE THE HIGH COUNTRY, 1962)
DIRECTOR: SAM PECKINPAH
INTÉRPRETES PRINCIPALES:
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JOEL McCREA: STEVE JUDD
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RANDOLPH SCOTT: GIL WESTRUM
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RON STARR: HECK LONGTREE
Sinopsis.
Steve Judd, un antiguo marshal, es contratado por los banqueros Sampson para que transporte una partida de oro desde lo alto de la sierra hasta el pueblo. Cuando llega para hacerse cargo del puesto, se encuentra con su antiguo ayudante, Gil Westrum, que en compañía de su joven protegido, Heck Longtree, se dedica a timar a los numerosos incautos que pululan por las ferias de los pueblos. Tras explicarles el motivo de su venida y la tarea que le han encargado, Judd, que ya no está en sus mejores momentos, les propone que lo acompañen en su peligrosa misión. Lo que no sabe Judd es que sus ayudantes han accedido a acompañarlo porque pretenden quedarse con el oro. Durante el camino, los tres se verán envueltos en los problemas de una joven muchacha que los utilizará, primero, para que la ayuden a huir del férreo control de su padre y, más tarde, para que la salven de su descerebrado novio y sus violentos hermanos.
Aspectos interesantes
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Duelo en la alta sierra
se llamó inicialmente Guns in the Afternoon y se basaba en una historia escrita por N.B. Stone. El escritor Robert Creighton Williams reescribió el guión de Stone, y Sam Peckinpah escribió la tercera versión de la historia, que sería la definitiva.
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Randolph Scott y Joel McCrea, que en principio encarnaban a Steve Judd y Gil Westrum respectivamente, no contentos con el reparto decidieron intercambiarse los papeles, debido a que consideraban que el espectador no aceptaría a Joel McCrea interpretando el rol de malvado.
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Peckinpah insistió en que al final muriese el incorruptible Judd y no Westrum como estaba previsto en un principio.
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Es la última película que protagonizó Randolph Scott.
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Es destacable el travelling hacia atrás por el que opta Peckinpah para mostrarnos, en un ligero contrapicado, el avance a paso firme de los personajes interpretados por Joel McCrea y Randolph Scott en el duelo final ante los Hammond. Un sincronizado y ceremonioso recorrido ante una verdadera lluvia de balazos que no tan sólo contribuye a enfatizar su incuestionable carácter épico sino que constituye una emotiva muestra de admiración y respeto hacia dos hombres de otra raza, de otra casta, de otra época. Dos hombres que, en el crepúsculo de su tránsito terrenal, seguirán respetando hasta su último aliento esos códigos de honor (la amistad, en este caso) que hicieron del lejano oeste un legendario territorio.