Caminando...
Escuchar tu corazón y ser consecuente con ello.
Ser tú mismo, siempre.
Arriesgar.
Sumar siempre y eliminar lo que resta.
Ver la vida a vista de pájaro.
Luchar por ganar "guerras" aunque pierdas "batallas".
Pasión e intensidad.
Caer y caer pero no dejar de caminar hacia adelante.
Poder mirar siempre a los ojos.
Viajar y mente abierta.
Ser consciente de quién nos necesita y a quién necesitamos.
Vivir como si fuéramos a morir mañana y aprender como si fuéramos a vivir hasta la eternidad.
Decirles muchas más veces "te quiero" por quiénes sientes de verdad.
Regalar lo que más vale: tiempo para las personas y menos cosas materiales.
Autenticidad. Sinceridad. Alejar a la hipocresía y la falsedad.
Acercar a la nobleza y generosidad.
Hacer equipo siempre.
El tenis como escuela de vida, como medio para alcanzar metas vitales, como aprendizaje.
Leer y poder vivir otras vidas a través de los libros.
Disfrutar del cine clásico y de la belleza de las imágenes en blanco y negro.
Contemplar tu colección de raquetas antiguas y extraer lecciones de todas las historias que hay detrás de cada una de ellas.
Escuchar música y dejarte transportar. Compartir emociones y sentimientos a través de ella.
Coleccionar buenos momentos.
Mimar tu cuerpo (ejercicio, alimentación sana...) y nutrir a tu espíritu.
Abrazar más y con fuerza.
Olvidar el reloj e improvisar.
Valorar lo que cada uno es, no lo que cada uno tiene.
Menos normas y más ilusiones.
Más naturalidad y menos escudos.
Más personas y menos personajes.
Aportar nuestro granito de arena por un mundo más justo.
Y especialmente, saber que de este mundo sólo nos llevaremos emociones vividas, nada más.