Sobre héroes solitarios y la resistencia de Peñasol.
Una vez escuché que lo único que diferencia a los hombres es cómo viven, cómo luchan y cómo mueren.
Un año más, las pistas de tenis de Peñasol resisten el paso del tiempo, se oponen a la injusticia, combaten al oprobio y la ignominia. 2016 ya no será el año marcado para la destrucción de un sueño por la maquinaria más infernal. La batalla continuará en el 2017.
Aunque sabes que todas las revoluciones se hicieron, y una vez hechas se las apropiaron los de siempre... Aunque comprendes que los buenos se quedan afuera, bajo la lluvia, y que esta película la ganan siempre los malos... Aunque sabes todo eso y a pesar de todo eso, a pesar de que han muerto los dioses y los héroes con mayúscula, la salvación está quizás en el heroísmo con minúscula. Es cuando llega la ocasión de los héroes solitarios.
Es la hora del peón de ajedrez olvidado en un rincón del tablero que mira alrededor y ve al rey corrupto, a la reina hecha una zorra, al caballo de cartón y a la torre inmóvil, haciendo dinero. Pero el peón está allí de pie, en su frágil casilla. Y esa casilla se convierte de pronto en una razón para luchar, en una trinchera para resistir y abrigarse del frío que hace afuera. Esta es mi casilla, aquí estoy, aquí lucho.
Muchos dirán que no es gran cosa y que quizás no solucione nada pero en el fondo, eso no está nada mal. Me refiero a comprender que nacemos, vivimos y morimos en un mundo absurdo, que a lo más que podemos aspirar es a asumirlo mirándolo de frente, con el orgullo de quien se sabe peleando solo, hasta el final, solidario con aquellos otros peones que, como tú, libran su pequeña y pobre batalla en casillas olvidadas.
Y al final descubres que no es tan grave. Los hombres vagan perdidos hace miles de años, y siempre fue la misma historia. LO ÚNICO QUE LOS DIFERENCIA ES CÓMO VIVEN Y CÓMO MUEREN.
¡LA BATALLA CONTINÚA!